¿El francotirador de Texas hizo popular al asesino en masa?

Charles Whitman, de 25 años, se subió a la torre de la Universidad con una maleta llena de armas de guerra el 1 de agosto de 1966. En ese momento ya había matado a su madre y a su esposa. Desde el punto más alto comenzó a disparar de forma indiscriminada contra la gente. En total dio muerte a dieciséis personas. El mundo entero se estremeció. Había recibido entrenamiento como francotirador en el ejército estadounidense.

¿Recientemente hubo otro tirador que igualó la cifra de muertos?

Robert Steinhauser, de 19 años, al que expulsaron del instituto por falsificar las notas. Volvió al centro Johann Gutenberg de Erfurt (Alemania), pasadas las once de la mañana del 26 de abril de 2002, con la intención de vengarse mientras tenían lugar las pruebas de selectividad que él nunca podría hacer. Buscaba a los que culpaba de su fracaso. Llevaba una pistola y una escopeta. Mató a dieciséis personas. Incluido un agente de la policía. Después, se suicidó.

¿Orsini fue un clásico?

El conde italiano Felice Orsini, conspirador por vocación, con sus bombas artesanales, es un criminal múltiple de primer nivel y raigambre clásica. Culpaba a Napoleón de haber traicionado los ideales de juventud y la unidad italiana. Tenía 39 años cuando el 14 de enero de 1858, en París, colocó dos bombas bajo la carroza imperial, delante de la Ópera. Aunque Napoleón y Eugenia resultaron ilesos, se produjeron ocho muertos y ciento cincuenta y dos heridos. El psiquiatra y criminólogo Lombroso apreció en Orsini rasgos patológicos. Fue decapitado junto con dos de sus cómplices.

¿Una de las grandes fijaciones de estos asesinos son los trenes?

Así lo prueba la actividad de Silvestre Matuschka, que el 12 de septiembre de 1931 hizo descarrilar con una bomba el expreso Budapest- Viena, en Hungría. Fallecieron veintidós personas. Entre los supervivientes estaba la cantante y bailarina Josephine Baker. Al asesino, según confesó, presenciar la explosión de un tren le producía intensa excitación sexual. Se descubrió que había atentado contra otros dos trenes. Fue sentenciado a muerte, aunque le conmutaron la pena. Hollywood hizo una película de su vida.

¿Los asesinos en masa pretenden salvar el mundo?

Esa es una de sus fantasías. John Linley dio muerte el 19 de octubre de 1970 a cinco personas: el doctor Ohta, oftalmólogo, su familia y su secretaria, en Santa Cruz, EE UU. Junto a los cuerpos dejó una nota en la que decía que los había ejecutado el Pueblo del Universo Libre. Quería salvar al mundo del materialismo y lo hacía a tiros. Fue condenado a cadena perpetua.

¿El francotirador de Herreros de Rueda era un resentido?

Jesús Andrés Iglesias mató personas contra las que tenía rencor acumulado en Herreros de Rueda, León, el 9 de junio de 1996, con una escopeta de dos cañones. Atrincherado en su casa disparó contra las personas que desfilaban en la procesión del Corpus cuando se detuvieron frente a su puerta. La primera en morir fue una estudiante, luego dos jubilados, más tarde uno de los guardias que trataba de ayudar a los heridos. Otro guardia le alcanzó de un tiro en la cabeza.

¿El gran escalofrío se produjo en el instituto Columbine?

Dos adolescentes, Eric y Dylan, de 18 y 17 años, dispararon el 20 de abril de 1999 contra doce alumnos y un profesor. Acto seguido se quitaron la vida en el instituto Columbine, en Littleton, Denver, Colorado, EE UU. En total, quince muertos. Llevaban gabardinas y pasamontañas negros, un gran surtido de armas de fuego y explosivos. Estaban fascinados por Hitler, los nazis y la Segunda Guerra Mundial. Sentían admiración por el asesinato en masa. También odiaban a los deportistas y se quejaban de que les ridiculizaban en el instituto.

¿Una discoteca puede ser escenario de un crimen en masa?

Lo fue cuando Günter Hermann Ewen, de 36 años, alemán, entró disparando a las cinco de la mañana en la sala Xanadú, en la ciudad de Dillingen, armado con un Magnum 357. Era un violador y atracador de bancos. Primero mató al gerente e hirió a otras personas. En total hubo cinco muertos. Uno de ellos había sido el principal testigo de cargo contra Ewen en un proceso por robo donde le absolvieron por falta de pruebas. Acabó suicidándose en Francia, en un hotel.

¿En el pueblo de Berzocana hubo un asesinato múltiple?

Prueba de que en España es uno de los males antiguos fue el asesinato múltiple del pueblo de Berzocana, Cáceres. Sucedió el día de Navidad de 1879. Francisco Domínguez Cano, mayoral de la casa del crimen, incitó a sus cómplices a dar muerte al amo, Fulgencio Díez, rico labrador; a su esposa, Dolores Flores; a tres hijas, al hijo varón y a la criada. Una suma de siete muertos. Sorprendieron a la familia durmiendo y la eliminaron a hachazos. Descubiertos, fueron sentenciados a muerte. Les dieron garrote en el mismo pueblo, donde alguno murió de miedo.

¿Los criminales aéreos son especialmente peligrosos?

Como Jack Graham, que en 1955, fue pionero del asesinato masivo en avión, en Denver, Estados Unidos, donde colocó una bomba en el equipaje de su madre que estalló en vuelo. Antes le hizo un seguro del que era único beneficiario. La invitó a vacaciones eternas. Mató a 42 personas.

Lo insólito

¿Puede un asesino en masa matar a un niño que lo llama ‘tío’?

El niño de 9 años, hijo de los dueños de la casa de Berzocana, que estaba acostumbrado a levantarse para desayunar con los trabajadores, se desveló y vio llegar a su asesino. Lo conocía: “¿Vamos a almorzar, tío Domínguez?”, le dijo cariñoso y confiado, como si fuera de la familia. Al niño no le dio tiempo de decir nada más y Francisco descargó su pesada hacha sobre él partiéndole literalmente en dos. La niña pequeña, que estaba escondida, se salvó de la matanza.

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